Veracruzanos (México), Rodolfo Sánchez Mena, 10.02.2013

La secta global, Isha, ha penetrado en la 24 zona militar de Morelos, con el apoyo de la presidenta de la CDHM, Lucero Benítez Villaseñor. Este operativo,  es conducido por la australiana, Jennifer Lee Duprei, alias, Isha,   enseña a meditar a unos 200 elementos castrenses, para no violar derechos humanos. De acuerdo con la nota de la Jornada y su corresponsal, Rubicela Morelos Cruz, 6/02/2003, su objetivo es  liberar(los) del estrés y acontecimientos dolorosos.

La secta  Isha tiene como sede de operación, Uruguay, en el ex Hotel Lido, del balneario Costa Azul de Canelones.  Cuenta con sucursales en Argentina, Brasil, Chile y en México, Manzanillo, Col., entre otros países. La secta Isha es un excelente negocio, donde asisten los clientes un fin de semana hasta seis meses a un retiro, con pagos de diez mil dólares por una “maestría”.

La Fundación de la secta Isha, además del negocio, realiza un rol de cooptación y penetración  en los países líderes latinoamericanos, mediante el mercadeo del logro de la paz mundial, a través de la enseñanza del Sistema Isha. Su sistema, se opera con “famosos”, artistas de TV, que facilitan la venta del “producto”, por ser “conocidos”, hasta en el ejército.

La secta, Isha y la CDHM, organizó el taller “Educando para la Paz” en Cuernavaca, Morelos, donde trabaja una amplia comunidad terapéutica, respetable. En el taller impartido, contrario al enunciado de respetar los derechos humanos, el sometimiento a técnicas de control mental,  busca  despojar a los militares de todo sentido  humano, para que en acciones de alta peligrosidad, ya sea contra el crimen organizado o la población civil, actúen mecánica, fríamente, como máquinas de matar. La meditación, supuestamente, permite superar el stress post traumático de liquidar.

Conforme a la publicidad del contenido del taller publicado por la Jornada “quienes toman estos cursos de meditación logran disminuir sus niveles de estrés y ansiedad, además de que eliminan ataques de pánico y enfermedades causadas por estrés, como migraña e insomnio; también ayuda a mejorar su eficiencia, porque ya no cargan con tantas preocupaciones y están más frescos, más renovados”.

Si hacemos a un lado esta retórica publicitaria, la técnica de control mental empleada por la secta, se orienta a despojar a los militares de su sentido de identidad nacional, su profundo arraigo y origen popular, característica profunda de las fuerzas armadas y marina de México. Despojarlas de identidad nacional, es el objetivo concreto.

En Fort Bragg, se entrena a las special forces, rangers seals, con tres pasos a quienes están afectados por stress profundo, diálogo interno, visualización de ideas y técnicas de respiración.

Ante la ola de suicidios de los combatientes, abusos a la pareja, abandono a los hijos y uso de alcohol y drogas, en Fort Bragg se ha puesto en marcha el llamado Comprehensive Soldier Fitness, Adaptabilidad Integral del Soldado, diseñado para formar soldados psicológicamente más “resistentes” ante las presiones por combate, las movilizaciones constantes, y las crisis familiares y financieras.

Se trata según sus críticos del más grande experimento, al involucrar a un millón de soldados. Y se usa experimento en lugar de entrenamiento de manera deliberada, se trata de la guerra. Hablamos de vida y muerte.

La polémica que ha despertado Comprehensive Soldier Fitness, para enfrentar suicidio, desórdenes de estrés postraumático y  violencia familiar, obedece a que consideran que no va a funcionar, al ser el entrenamiento solo un proyecto de investigación amplio y cuasi-ético.

La crítica más inquietante es la obligación de tener el consentimiento deliberado de los soldados sujetos de la investigación. Toda vez que este tipo de investigación viola el Nuremberg Code desarrollado durante los juicios de los doctores Nazi, durante la época post II Guerra Mundial.

La secta isha, sin dejar su mercado tradicional clase mediero, ha decidido entrar al mercado redituable de la violencia. Su estancia en Colombia, la convirtió en una secta paramilitar. De allí su slogan “Educando para la Paz”. Las técnicas de guerra sicológica y control mental se aplican indistintamente en cárceles que en cuarteles.

La secta Isha se encuentra establecida en Uruguay, en un hotel donde se pagan diez mil dólares las “maestrías” La dirige una ex cantante de rock, australiana, ex adicta a las drogas y alcohol. El título de su último “libro”, ¿Por qué caminar si puedes volar?, habla de lugares comunes, dirigido a desclasados urbanos sin propósitos de vida.

La comercialización burda del engendro, ¿Por qué caminar si puedes volar?, no deja dudas de ser una vacilada para incautos   “Es un método de expansión de conciencia que permite la autosanación del cuerpo, la mente y las emociones”.

Para quienes no tienen con qué pagar un viaje redondo a la India o al Tíbet,  la gurú, Isha, pone a su alcance  “facetas”, esto es “declaraciones simples de verdades profundas”. Las facetas deben repetirse mentalmente, con los ojos cerrados, durante una hora diaria. La primera de ellas dice: “Alabanza al amor por este momento en su perfección”.

La secta Isha al penetrar en una zona militar, busca obtener un jugoso contrato, pagado en dólares con recursos del Nuevo Plan Mérida 2.0. Se trata de un contratista de guerra que lucra enormemente con  hacer meditar a las tropas para no violar los derechos humanos y educar para la paz, y sí se puede, fabricar frías máquinas de matar, desnacionalizadas.

Los requerimientos de un programa de entrenamiento militar, para enfrentar situaciones post traumáticas y sus consecuencias sociales y familiares, es ineludible. Para ello, debe ser objeto de desarrollo y aplicación por expertos mexicanos. Recurrir a sectas como Isha, es exponer a nuestras fuerzas armadas a trabajos de investigación de organismos de inteligencia, vinculados a la venta de servicios y equipamiento militar.